Rosalind Elsie Franklin nació Notting Hill, Londres, el 25 de julio del año 1920 y fue una importante biofísica y cristalógrafa inglesa creadora de imprescindibles contribuciones al entendimiento de la estructura del ADN, el carbón, los virus, y el grafito.
A los 15 años decidió ser científica, cosa que no tenía la aprobación paterna ya que una mujer no podía tener una educación superior.
Se graduó en la Universidad de Cambridge en el año 1941. Llevó a cabo análisis fundamentales de microestructuras del carbón y del grafito lo que fue la clave para su doctorado en química física, que consiguió en el año 1945, también en la Universidad de Cambridge.
En 1947 se trasladó a París, para permanecer allí durante tres años. Allí estudió la aplicación de técnicas de difracción de rayos X a sustancias amorfas, principalmente en el Laboratorio de Servicios Químicos de L'Etat.
Llegado el año 1951, volvió a Inglaterra para trabajar como investigadora vinculada en el laboratorio de John Randall, en el King's College de Londres. Rosalind se relacionó con Maurice Wilkins, quien reveló sin su permiso sus fotos de difracción de rayos X del ADN (que revelaban la estructura helicoidal de la molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico)) a James Watson y Francis Crick, quienes, en el año 1953, las publicaron a su nombre como la hipótesis de la "doble hélice" y por la cual ganaron el Premio Nobel de Filosofía y Medicina, con Rosalind ya fallecida. Fue considerado el logro médico más importante del siglo XX ya que este modelo abrió el camino para la comprensión de la biología molecular y las funciones genéticas, lo que en nuestros días está establecido como la secuencia completa del genoma humano.
Este descubrimiento de Rosalind no fue reconocido como suyo porque ella nunca supo a ciencia cierta si era suya la publicación de sus compañeros y, obviamente, ellos nunca lo reconocieron públicamente, aunque cuando recibieron el Nobel expresaron repetidamente su respeto personal y intelectual por ella.
Rosalind Franklin murió en Londres en 1958, a sus treinta y ocho años, de cáncer de ovario. Lo más probable es que padeciera esta enfermedad por las constantes exposiciones a la radiación que tuvo mientras realizaba sus investigaciones.
Dado su carácter realista y poco especulativo no pudo llegar a imaginar que algún día se le consideraría la heroína ignorada del ADN ni que el King´s Collage le daría su nombre a uno de sus edificios donde se cultiva la mejor ciencia.